El siguiente escrito es un contraste del "aprendizaje humano" con "Frankenstein", para llevarlo a cabo tomé en cuenta muchos autores y teorías que les pueden resultar familiares.
Para iniciar debemos reconocer que el aprendizaje esta conformado por diferentes etapas:
La primera etapa recibe el nombre de INCOMPETENCIA INCONSCIENTE en la que se ignora lo que se hace y no se tiene expriencia, es decir, que todo representa un misterio.
La segunda etapa es la de la INCOMPETENCIA CONSCIENTE. Se comienza a conocer concientemente y comienzan a surgir los primeros conflictos. En esta etapa es cuando mas se aprende.
A continuación se llega a la etapa de la COMPETENCIA CONSCIENTE, en la que se conoce aplicando la atención y concentración.
Por último, está la etapa de la COMPETENCIA INCONSCIENTE. La habilidad se convierte en una serie de hábitos automáticos y la mente consciente queda en libertad para realizar otras acciones al mismo tiempo.
El conocimiento, como vemos, no significa sólo acumulación de información, sino competencia para la acción.
En las primeras etapas el aprendizaje se adquiere de un reducido grupo de individuos, comenzando por los padres, familiares y las experiencias con otros niños.
A medida que este va creciendo se relaciona con mayor cantidad de sujetos a quienes influencia y por quienes se ve influenciado.
En las primeras etapas, el aprendizaje, es incorporado inherentemente por la directa influencia, luego con el paso de los años y con el desarrollo del discernimiento se comienzan a hacer elecciones propias sobre cuestiones que atraviesan todos los aspectos de la realidad que nos rodea.
Todas las decisiones que tomamos persiguen un fin y casi en su totalidad son resultado de las influencias.
Así, nuestros comportamientos, actitudes frente a diferentes situaciones, formas de pensamiento y mas en general, la moral, son el fin de un sistema de “tómalo o déjalo”, en el que seleccionamos de diferentes posturas o líneas de pensamiento aquello que consideramos que, tanto a modo de utilidad práctica o con el simple y profundo fin de engrandecer el espíritu, concuerdan con la idea de nuestro ideal sobre como queremos ser o saber.

Para continuar, debemos diferenciar los órganos adquiridos de los seleccionados.
Los últimos no presentan mayor dificultad ya que al ser seleccionados voluntariamente, conocemos la naturaleza por la cual fue incluido a nuestro cuerpo de pensamiento y su finalidad. Estos, en la mayoría de los casos, responden y/o dependen de los órganos adquiridos.
Sobre estos no podemos remontarnos con seguridad a sus raíces, su incorporación fue inherente a nuestro discernimiento y estableció las bases de nuestra conducta.
Estos órganos son descriptos como vitales, pero esta connotación también es inherente. Sobre estos postulados muy poco se cuestiona, ya que son tomados como verdad absoluta.
Por ello es necesario intrometerse y ponerlos a prueba para conocer el verdadero sentido por el cual se encuentra formando parte de nuestro cuerpo y cual es la función que cumple.
Una vez cuestionados, las bases de nuestro pensamiento se fortalecen o en caso contrario, reconociendo un falso corazón y viendo que los demás órganos responden a el voluntariamente, debemos cambiar de paradigma y formar un nuevo cuerpo.
Julián Marsilli