miércoles, 30 de noviembre de 2011

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Nuevamente, volví a distanciarme de tus dones divinos cargando mi calendario de tribulaciones y fatalidad. Un intervalo más de naturaleza hostil amortiguada por un cerrar de parpados que rifa una visita fugaz al paisaje melodioso de tu presencia intangible. 
Salgo a deambular perdidamente, como de costumbre; y te busco en un correr de subterráneo o detrás de algún reflejo de ventanilla, de esos colectivos que no suelo tomarme.
Me encuentro de repente en mitad de una calle humedecida en una hora agotada de esas que no suelen elegirse de denominador común y como a un solitario espectador el viento me audiciona su ultima sinfonía. Afanoso de sensaciones desearía traerte a escena disparando un reflejo de mi mirada a tus ojos, dejándome asaltar por la relatividad del tiempo que yacería encalado.
Vuelo sobre los hechos, siempre decente en mi cadencia y altivez, a observar los objetos que me rodean en un sentido demoledor, inflexible e incorruptible, conciente de que mis crímenes no son distracciones.-

Julián

lunes, 14 de noviembre de 2011

Unos tonos de piano para recorrer el blog.-

Les dejo esta melodía en piano, para relajar mientras recorren si es que alguien pasa jajaja que lo disfruten, abrazo!

Guía del autoestopista galáctico.-


Julián

Recuerde que vive en un planeta que evoluciona, y que gira a 1.500 kilómetros por hora, órbita a 30 kms por segundo al rededor del sol que es fuente de toda nuestra energía. El sol, usted y yo y todas las estrellas que vemos nos movemos a 1.5 millones de kms por día en un brazo exterior en expiral que va a 65.000 kms por hora de la galaxia que llamamos Vía Láctea. Nuestra galaxia contiene 100 billones de estrellas, de un lado al otro mide 100.000 años luz. Se abomba en el centro con un grosor de 16 mil años luz pero en nuestra zona solo tiene 3.000. Estamos a 30.000 años luz del centro de la galaxia, damos una vuelta cada 200 millones de años. Y nuestra galaxia solo es una mas de entre millones de billones en este increíble universo que se expande, se propaga en todas direcciones a la velocidad de la luz (20 millones de kms por minuto). Así que cuando este triste y se sienta pequeño recuerde lo increíblemente improbable que es su existencia y ruegue que haya inteligencia en alguna parte porque aquí en la tierra no la hay. (Fragmento de la parte "trasplante de órganos vivos" de la película "El sentido de la vida") 

La ciudad de los MuerTops.-


Julián

Flor de Badia.-


Julián

El señorito.-



Cansado de cargar al hombro mi espíritu convaleciente a través de maniquíes sin rostros, me detengo e intento aislarme con tal de abrazar mi ego autónomo carente de aprecio. Tomo un respiro de humos intentando evacuar el intrayecto que me ancla a mitad de la bastedad oceánica del entorno, para llegar a la conclusión que funciono con cuotas de narciso optimista.-

Julián

Preludio de verano.-


Julián

Tornasol.-


Julián

Villa Crespo.-


Julián

Agua y Luz.-


Julián
Y al despertar, seremos luz 
y caeremos como gotas de agua.- 
(Flaco S).

Encuetro galaxias por doquier.-

Julián.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Foto y hoja de mi block de notas.-


La melodía del disco envío un silencio por saltar, tal vez por el uso reiterado o o por esas cosas que uno nunca sabe. En ese pequeño corte fugaz me transporto al centro de mi castillo de cristal, donde puedo sentir la fragilidad transparente que me embosca desde todos mis ángulos. Intento mantener la calma ante mi impulsividad latente y consiente de ello me mantengo alerta en una especie de guardia defensiva, evitando provocar todas las catástrofes posibles y quebrarme al mismo tiempo junto a ellas. Veo a través de los objetos y las paredes que transparentemente terminan por confundirse en la misma obra abstracta hasta para el ojo mas determinante. Espectador inanimado,  atomismo y perplejidad.-

                                            Julián

¿Carece este devenir eterno de final?

¿Carece este devenir eterno de final? ¿Qué son los motores de esa inmensa obra de relojería? Están ocultos, pero son los mismos en ese gran reloj que llamamos historia. La esfera horaria son los acontecimientos. Hora tras hora avanzan las agujas para, al sonar las doce, comenzar de nuevo; entonces irrumpe un nuevo periodo del mundo.
 El propósito, el fin, tan sólo existe para nosotros; igual que sólo para nosotros existe el cambio y, asimismo, para nosotros, solamente las épocas y los periodos.
 Todo se mueve en círculos gigantescos, que giran unos en torno a otros a la vez que devienen; el hombre es uno de los círculos más interiores. Si quiere medir las oscilaciones de los que están en la periferia, tiene que abstraer de sí y de los círculos que le quedan más cerca los otros, más amplios y englobantes. Esos círculos más cercanos a él son la historia de los pueblos, de la sociedad y de la humanidad.
Y es que el hombre nunca es otra vez el mismo; pero si fuera posible revolucionar, por obra de una voluntad fortísima, el pasado entero del mundo, de inmediato entraríamos a formar parte de las filas de los dioses libres, y la historia universal no sería ya para nosotros otra cosa que un autoembriagarnos en brazos del ensueño; cae el telón, y el hombre se encuentra de nuevo, como un niño que juega con mundos, como un niño que se despierta con la luz de la mañana y sonriendo, borra los sueños terribles de su cabeza.


"El problema del ciempiés, si pensara que pata mover primer se quedaria inmovilizado".

No has despertado a la vigilia, sino a un sueño anterior. Ese sueño esta dentro de otro y así hasta el infinito, que es el número de los granos de arena. El camino que habrás de desandar es interminable y morirás antes de haber despertado realmente.

Por otra parte, hay una infinidad de mundos, sean parecidos al nuestro, sean diferentes. En efecto, siendo los átomos infinitos, como se acaba de demostrar, son llevados por su movimiento hasta los lugares más alejados. Y tales átomos, que por su naturaleza sirven, ya por sí mismos, ya por su acción, para crear un mundo, no pueden ser utilizados todos para formar un único mundo, o un número limitado de mundos, ni para los semejantes a éste, ni para los diferentes, de modo que nada impide que haya una infinidad de mundos.

En tanto exista el fluir del tiempo incontenido e inconquistado -pérdida sin sentido, el doloroso «era» que nunca será otra vez- el ser contiene la semilla de la destrucción que convierte el bien en mal y viceversa. El hombre llega a sí mismo sólo cuando la trascendencia ha sido conquistada -cuando la eternidad ha llegado a ser presente en el aquí y ahora.

"Todas las cosas pasan, por lo tanto, todas las cosas merecen pasar. Y ésta es la justicia misma, esta ley del tiempo, que debe devorar a sus hijos: así predicó la locura!"
Nietz