Viéndote partir entre relojes de arena
Intento con palabras acariciar tu figura,
desteñir mis colores en letras.
Esperando que sigas teniéndome a tiro
buscando una tregua, calmando mis ancias,
enviando los barcos de mi mirada
a naufragar a tus ojos,
pidiendote clemencia por mis limitaciones.
Jadente de vanalidades,
haciendo uso de simple conciente:
la medida perfecta
es perfecta para quien la mide.
Solo brotan mis causas
ansiando tus consecuencias.
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