Caminando.-

Entre por los ojos a un espejo de cielo y se me juntaron la noche y la mañana. Sin darme cuenta, despertaba nuevamente como lo suelo hacer decenas de veces al día, despertaba de esa imagen que muta en palabras haciendo rechinar los engranajes de una mente erosionada. 
Tal vez encerrado en tal veces es que vuelvo incansablemente tras la línea de partida, una y otra vez caigo en cuenta de que por mucho que camine, llego a esa esquina en que al doblar, el paisaje sigue siendo el mismo y los mismos siguen siendo los recuerdos en que divago. Y aunque no consuele,  las hojas y los pájaros se hacen eco en el aire sin prejuicio de cuan lejos de todo aquello me encuentre. Y despierto, despertar efímero intrascendente, desprecio sutil  haberme deshojado en el camino y comienzo a zambullirme nuevamente. 
Nostalgia? Desazón?… al parecer me agrada viajar en el tiempo. Cuando algún día llegue un mañana, te regalaré razones a montones.