La cotidianidad
La cotidianidad se entiende como un suceso habitual, reiterado y diario.
Yo siempre considere el concepto con carga negativa, tal vez porque lo razono como un mecanismo de automatización de las acciones.
Entiendo que es benevolente que muchos sucesos y accionares se vuelvan cotidianos, ya que este proceso media simplificando la realidad diaria.
Pero veo más allá, ¿hasta donde deberíamos darle alcance a este mecanismo?
Partiendo de la automatización de las acciones, creo que si vivimos habitualmente en realidad no lo hacemos plenamente.
Yo siempre considere el concepto con carga negativa, tal vez porque lo razono como un mecanismo de automatización de las acciones.
Entiendo que es benevolente que muchos sucesos y accionares se vuelvan cotidianos, ya que este proceso media simplificando la realidad diaria.
Pero veo más allá, ¿hasta donde deberíamos darle alcance a este mecanismo?
Partiendo de la automatización de las acciones, creo que si vivimos habitualmente en realidad no lo hacemos plenamente.
Quien realiza actos reiterados habitualmente no suele notar diferencias entre los de un día y otro cuando en un futuro no muy lejano trata de recordar uno cotidiano, esto cambia cuando es afectado por algún suceso extraño que interfiera en sus acciones y ese suceso en la mayoría de los casos es tomado como punto de referencia para ubicar temporal y espacialmente un día X.
Es decir que si no se presentan sucesos extraños a la habitualidad nuestra memoria conciente no logra un recuerdo fresco. El inconciente simplifica a tal punto lo percibido que no permite el flujo de la información al conciente por lo que el paso de una actividad A a una C en la que B (el medio para conseguir el fin) se realiza automáticamente..
De esta manera nos transformamos en simples maquinas y las maquinas son usadas por los hombres. Estos pueden ser también hombres maquina y de así se entre traman en un sistema complejo de engranajes. Maquina social.
La conclusión es simple, para sumar experiencias es necesario realizar rupturas en los hábitos, cambiar los caminos, abrir los sentidos, captar las esencias del aire, observar y, de ser posible, tomarnos nuestro tiempo.
El almacenamiento de datos es incalculable, en tanto es limitado por la finitud del ser (cuando esta abandona su energía vital, finaliza el proceso de acumulación de datos), en contrapartida, la ignorancia es prácticamente infinita. Para combatirla, podemos transformar en armas esos minutos de habitualidad.
El almacenamiento de datos es incalculable, en tanto es limitado por la finitud del ser (cuando esta abandona su energía vital, finaliza el proceso de acumulación de datos), en contrapartida, la ignorancia es prácticamente infinita. Para combatirla, podemos transformar en armas esos minutos de habitualidad.
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