La cotidianidad se entiende como un suceso habitual, diario, propio de todos los días.
Yo siempre considere el concepto con cierta carga negativa, tal vez porque lo razono como un mecanismo de automatización de las acciones diarias.
Entiendo que es benevolente que muchos sucesos se vuelvan cotidianos, porque de lo contrario, nos saturaríamos llevándolos a cabo día a día como nuevos.
Pero veo más allá, ¿hasta donde debería tener alcance lo cotidiano?
Partiendo de mi concepto de automatización de las acciones, creo que si vivimos habitualmente en realidad no lo hacemos plenamente.
Yo siempre considere el concepto con cierta carga negativa, tal vez porque lo razono como un mecanismo de automatización de las acciones diarias.
Entiendo que es benevolente que muchos sucesos se vuelvan cotidianos, porque de lo contrario, nos saturaríamos llevándolos a cabo día a día como nuevos.
Pero veo más allá, ¿hasta donde debería tener alcance lo cotidiano?
Partiendo de mi concepto de automatización de las acciones, creo que si vivimos habitualmente en realidad no lo hacemos plenamente.
Por ejemplo: quién vuelve de la facultad o trabajo a su casa por el mismo camino y reiterando sus usos no suele notar diferencias en el regreso entre un día y otro, a menos que algún suceso extraño interfiera en sus acciones.
Esto me persigue muy a menudo, ya que muchas veces, tratando de recordar algún suceso “x” de alguna acción del día, no consigo lograrlo.
Esto me persigue muy a menudo, ya que muchas veces, tratando de recordar algún suceso “x” de alguna acción del día, no consigo lograrlo.
Es cuando me doy cuenta que, por ej: ese viaje en bondi de 15 minutos, o mas grave aún, esa caminata de media hora, no imprimió lucidamente sobre mi memoria vivencias, imágenes, o acontecimientos nuevos. Siendo así, esos 15 minutos o media hora fueron solo un mecanismo de paso de una actividad A a una C en la que B (el medio para conseguir el fin) se realizo automáticamente.
La conclusión es simple, para sumar experiencias es necesario realizar rupturas en los hábitos, cambiar los caminos, abrir los sentidos, captar las esencias del aire, observar y, de ser posible, tomarnos nuestro tiempo.
El conocimiento para una persona es limitado (cuando esta abandona sus fuerzas vitales, finaliza el proceso de acumulación de datos), en contrapartida, la ignorancia es infinita. Para combatirla, podemos transformar en armas esos minutos de habitualidad.
La conclusión es simple, para sumar experiencias es necesario realizar rupturas en los hábitos, cambiar los caminos, abrir los sentidos, captar las esencias del aire, observar y, de ser posible, tomarnos nuestro tiempo.
El conocimiento para una persona es limitado (cuando esta abandona sus fuerzas vitales, finaliza el proceso de acumulación de datos), en contrapartida, la ignorancia es infinita. Para combatirla, podemos transformar en armas esos minutos de habitualidad.
Una pequeña muestra de cuan ignorantes somos:
Julián Marsilli
No hay comentarios:
Publicar un comentario