jueves, 30 de septiembre de 2010

Reciclable.

Julián Marsilli fotos.


Un enjambre de moléculas
puestas de acuerdo
de forma provisional.
Un animal prodigioso
con la delirante obsesión de querer perdurar
No dejaremos huella,
sólo polvo de estrellas.

Jorge Drexler.

Avances.

  
  Julian Marsilli fotos


El cantautor y su computadora
el pastor y su afeitadora
el despertador que ya está anunciando la aurora
y en el telescopio se demora la última estrella.
La máquina la hace el hombre y es lo que el hombre hace con ella.
El arado, la rueda, el molino, la mesa en que apoyo el vaso de vino.
Las curvas de la montaña rusa,la semicorchea hasta la semifusa el té.
Los ordenadores y los espejos, los lentes para ver de cerca y de lejos,
La cucha del perro, la mantequilla, la yerba, el mate y la bombilla.

Jorge Drexler.

Alambrados.


Julián Marsilli fotos.

Se cansa el hombre de ver
cosas que  ver no quisiera:
alambrados y tranqueras
que a veces quieren pararlo.
Pero el macho ha de bandiarlos
y ha de d´ir pa´donde quiera.
Es muy triste que el temor
encarcele el sentimiento,
es muy triste estar contento
pa´disimular tristezas.
De los pies a la cabeza
crece todo por adentro. 

José Larralde 

El Arte de Mentir.

Una mentira es una declaración conciente de lo falso / disimulación de lo verdadero.
Todo comienza muy temprano, aunque pensamos que la veracidad es la mayor virtud de un niño pequeño, resulta que mentir es, en realidad, su capacidad más notable.
Un niño que miente debe reconocer la verdad, concebir intelectualmente una realidad alternativa y ser capaz de hacerle creer convincentemente a alguien esa nueva realidad. Por lo tanto, mentir exige un desarrollo cognitivo avanzado y habilidades sociales que la veracidad no requiere.  
Puedo dilucidar dos posibles conceptos de mentira, el primero en que se distingue mentir de ocultar, de este modo mentir sería hacer expresa una información falsa dándola a entender como verdadera; y ocultar se entendería como omitir información que se tiene pero no por ello faltando a la verdad. Por lo tanto ocultar no sería mentir.
Y segundo, haciéndola sinónimo de ocultar. Con este supuesto, ocultar es faltar a la verdad y faltar a la verdad es mentir. Siguiendo la línea de este concepto, todos somos relativas falsedades, ya que ocultamos constantemente la verdad, seleccionamos cuidadosamente que partes de nosotros compartir y cuales reservar. De esta manera seríamos conceptos altamente erróneos, falsos por aquellas reservas que no exponemos.
Cuanto más se cae en esta tentación, más difícil resulta controlar la abundante base de datos de las versiones dadas y comentarlas, repetirlas o seguir con coherencia lo novelado.
Es así que las mentiras pueden desencadenar una espiral viciosa de más y más mentiras que se realizan para sostener la causante principal.
Si bien la mentira puede ser útil y es un comportamiento social frecuente, se puede desarrollar un trastorno psicológico llamado mitomanía. El  mitómano se caracteriza por recurrir a la conducta de mentir continuamente sin valorar las consecuencias, con tal de maquillar una realidad que considera inaceptable urdiendo todo tipo de sistemas delirantes.
Las mejores maneras de no fallar en el proceso de mentir suelen ser: Creerse la mentira (si se pretende que esta no caduque); Confundirla entre verdades (una mentira dicha entre verdades no llama la atención); Informarse (saber que perciben los demás,  preferiblemente de forma indirecta); Dar detalles (detalles no comprobables, humillarse a uno mismo lo hace mas factible); comenzar el dialogo ( ganándole de mano a un eventual interrogatorio); no terminar conversación con el asunto (cambiar de tema con naturalidad); individualmente (de a un individuo por vez, esto hace que con el próximo se puedan reforzar puntos que quedaron poco creíbles); y el mas importante: nunca admitir que es una mentira (esto provoca desconfianza, preferiblemente se puede alegar que se fue engañado o fallado al tomar la información de la fuente).
Considero que mentir es una forma extravagante de arte (mentir sin ser descubierto). Para ello es necesario ser ágil mentalmente, configurar un historial de recuerdos imaginarios, argumentar para solidificar la mentira y, en el caso de llevarla a cabo personalmente, actuar tanto corporal como gesticularmente. Por ello, la mentira bien echa, se merece todo mi respeto. Puede que sea sincero... puede que todo lo anterior sea un mero engaño...

Julián Marsilli

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Velocidad.

 
  Julián Marsilli fotos.


Las plumas y el humo se mezclan con el cielo plomizo
Un hombre miente y sueña con verdes campos y ríos.
Pero despierta una mañana sin razón de despertar.
 
Hay un incesante viento que sopla a través de esta noche
hay polvo en mis ojos y se ciega mi visión.
 
 Pink Floyd

"Lo que de Lejos se ve, de Cerca se admira"

   
Julián Marsilli fotos



Tu destino es las estrellas,
no hagas un nido en la cama,
decide quebrar las anclas,
desaloja la escalera,
no trasquiles crea lana,
abre el ojo que no sueña,
pierde la carne y las venas,
deja desnuda a tu alma,
haz de tu nombre una hoguera
y dile a tu cojo anda
y dile a tu avaro ama.

Jodorowsky




Aires del Pago.

 
 Julián Marsilli fotos.
 
 
Huellones de tierra y toscas
que de chico recorrí
arroyos, montes y vientos
ellos allá y yo aquí.

José Larralde

martes, 28 de septiembre de 2010

                                                                              Julián Marsilli fotos.


Ella respira bajo
y la vela muere cuando la noche cae.
Las olas ruedan, las estaciones cambian, el viento está enconado.
Ahora despierta la hora, ahora duerme el cisne.
El sueño se ha ido, está cayendo en una puerta dorada, y bien profundo bajo el suelo, la mañana naciente suena y yo desciendo,
justo cuando los primeros rayos tocan el cielo y las alas de la noche mueren.

Pink Floyd

lunes, 27 de septiembre de 2010

Nunca terminamos de descubrir.


Hay un placer en los bosques sin senderos, hay un éxtasis en la costa solitaria, hay compañía, allí donde nadie se hace presente, al lado del mar profundo, y música en su rugido: No amo menos al hombre, sino más a la Naturaleza, a partir de nuestros encuentros, a los que asisto sigiloso, a partir de todo lo que puedo ser, o que he visto antes, para fundirme con el Universo y sentir lo que nunca puedo expresar aunque me sea imposible ocultar.
 Lord Byron

 

domingo, 26 de septiembre de 2010

El Gran Dictador (discurso final subtitulado en español)


El gran dictador es una película de cine estadounidense escrita y dirigida por Charles Chaplin en 1940. Es la primera película hablada del actor y director.
El presidente Roosevelt animó al director a seguir con el rodaje cuando muchos le animaban a no grabar la cinta.
Chaplin tardó 559 días en terminarla y fue completamente financiada por el.
Este discurso que publico a continuación deja al descubierto el idealismo y el poder de expresión de Chaplin al elejir las palabras para reclamar derechos y libertades, acompañadolo con una actuación fenomenal.

Contexto:
Hynkel (papel en que Chaplin representa a Hitler), por su gran parecido con un barbero judío que había escapado (otro personaje también llevado a cabo por Chaplin), es tomado prisionero por sus propias tropas. El barbero es encontrado y tomado por Hynkel, lo conducen entonces a dar un discurso sobre el inicio de la conquista del mundo:

 

Discurso:

Lo siento.

Pero yo no quiero ser emperador. Ese no es mi oficio, sino ayudar a todos si fuera posible. Blancos o negros. Judíos o gentiles. Tenemos que ayudarnos los unos a los otros; los seres humanos somos así. Queremos hacer felices a los demás, no hacernos desgraciados. No queremos odiar ni ayudar a nadie. En este mundo hay sitio para todos y la buena tierra es rica y puede alimentar a todos los seres. El camino de la vida puede ser libre y hermoso, pero lo hemos perdido. La codicia ha envenenado las armas, ha levantado barreras de odio, nos ha empujado hacia las miserias y las matanzas.
Hemos progresado muy deprisa, pero nos hemos encarcelado a nosotros mismos. El maquinismo, que crea abundancia, nos deja en la necesidad. Nuestro conocimiento nos ha hecho cínicos. Nuestra inteligencia, duros y secos. Pensamos demasiado, sentimos muy poco.
Más que máquinas necesitamos más humanidad. Más que inteligencia, tener bondad y dulzura.
Sin estas cualidades la vida será violenta, se perderá todo. Los aviones y la radio nos hacen sentirnos más cercanos. La verdadera naturaleza de estos inventos exige bondad humana, exige la hermandad universal que nos una a todos nosotros.

Ahora mismo, mi voz llega a millones de seres en todo el mundo, millones de hombres desesperados, mujeres y niños, víctimas de un sistema que hace torturar a los hombres y encarcelar a gentes inocentes. A los que puedan oirme, les digo: no deseperéis. La desdicha que padecemos no es más que la pasajera codicia y la amargura de hombres que temen seguir el camino del progreso humano.
El odio pasará y caerán los dictadores, y el poder que se le quitó al pueblo se le reintegrará al pueblo, y, así, mientras el Hombre exista, la libertad no perecerá.
Soldados.
No os entreguéis a eso que en realidad os desprecian, os esclavizan, reglamentan vuestras vidas y os dicen qué tenéis que hacer, qué decir y qué sentir.
Os barren el cerebro, os ceban, os tratan como a ganado y como carne de cañón. No os entreguéis a estos individuos inhumanos, hombres máquina, con cerebros y corazones de máquina.
Vosotros no sois ganado, no sois máquinas, sois Hombres. Lleváis el amor de la Humanidad en vuestros corazones, no el odio. Sólo lo que no aman odian, los que nos aman y los inhumanos.
Soldados.
No luchéis por la esclavitud, sino por la libertad. El el capítulo 17 de San Lucas se lee: "El Reino de Dios no está en un hombre, ni en un grupo de hombres, sino en todos los hombres..." Vosotros los hombres tenéis el poder. El poder de crear máquinas, el poder de crear felicidad, el poder de hacer esta vida libre y hermosa y convertirla en una maravilosa aventura.
En nombre de la democracia, utilicemos ese poder actuando todos unidos. Luchemos por un mundo nuevo, digno y noble que garantice a los hombres un trabajo, a la juventud un futuro y a la vejez seguridad. Pero bajo la promesa de esas cosas, las fieras subieron al poder. Pero mintieron; nunca han cumplido sus promesas ni nunca las cumplirán. Los dictadores son libres sólo ellos, pero esclavizan al pueblo. Luchemos ahora para hacer realidad lo prometido. Todos a luchar para liberar al mundo. Para derribar barreras nacionales, para eliminar la ambición, el odio y la intolerancia.
Luchemos por el mundo de la razón.
Un mundo donde la ciencia, el progreso, nos conduzca a todos a la felicidad.

Soldados.
En nombre de la democracia, debemos unirnos todos.























Julián Marsilli

jueves, 23 de septiembre de 2010

Replanteos y Reencuentro


El paso del tiempo y todos los sucesos que nos ocurren forman parte del molde de nuestra personalidad. Aquel niño dulce que arrancaba flores cuando volvía del colegio para dársela a su madre, hoy puede resultar ser como el más duro y frío mármol.
Estos cambios de actitudes son inherentes a la serie de sucesos que fueron dejando sus marcas en la persona. Esta desarrolla dispositivos de defensa para evitar futuros daños ya sufridos, a veces lo logra con éxito y otras (contradiciendo al famoso refrán), tropieza nuevamente con las mismas piedras.
Cuando fallamos en obtener los objetivos que nos proponemos, cuando no son eficaces nuestras jugadas y principalmente cuando topamos contra muros de acontecimientos que nos aprisionan, debemos hacer un parate para reconsiderar fortalezas y debilidades, y así replantear medios y fines.
Este “stop” debe ser llevado a cabo en calma, con la mente tranquila, más allá de que afuera vuele todo por los aires. Esencialmente,  tratando de ser lo mas objetivos posible.
Si los planteos están bien realizados y logramos socavar en lo profundo de nuestros seres, solemos encontrar debilidades que desconocíamos y, en contrapartida, fortalezas las cuales ignorabamos.
A este proceso, que llega hasta este ultimo resultado, suele llamárselo “reencontrarse con uno mismo”.
Muchos, para reencontrarse deciden viajar. Los viajes pueden servir aveces, ya que viendo las cosas desde lejos, en un modo un tanto mas ausente se puede lograr mayor objetividad. Pero bien se ha de saber que nadie encontrara en sitio alguno algo que no haya llevado consigo.
Es así que “todo viajero es siempre la mitad de si mismo” según Dolina. No hay lugar en los colectivos y aviones para llevar las cosas que nos complementan. Esquinas, gestos, personas, vientos, tapiales, aromas, saludos, colores y miradas no caben en las valijas.
Probablemente el camino del reencuentro sea efectivo de ser bien logrado y en situaciones de total oscuridad en que debemos gestar nosotros mismos la luz. Pero desde mi punto de vista, las mayores defensas que generamos son inconcientes y surgen como respuesta respecto de la interacción con el entorno.
Por eso, con simple calma y paciencia, los sucesos que nos aquejan serán superados por medio de estos mecanismos.
De no ser así y siendo necesario reencontrarse con uno mismo,  se debe tener en cuenta que no hace falta caminar mucho. Lo escuche de un viejo sabio que dijo: "Me he rastreado por todas partes y me encontré en el patio de mi casa cuando ya era demasiado tarde".
Julián Marsilli

martes, 21 de septiembre de 2010

Dos Plateas (Cuento Alejandro Dolina)


(Rondo Alla Turca, Wolfgang Amadeus Mozart)
Para acompañar el cuento

Durante su exilio en Bruselas, el director teatral Enrique Argentio consiguió instalarse en un viejo salón que tenía dos entradas opuestas que daban a calles diferentes. Gracias a vaya a saber qué influencias, logró que unos empresarios convirtieran el salón en dos teatros. El Terencio, sobre el Boulevard Anspach, y el Plauto Palace, sobre la Rue Neuve. Hay que decir que ninguno de los dos tenía escenario. Las butacas ocupaban casi toda la superficie disponible. Las del Plauto Palace miraban al canal. Las del Terencio, en dirección contraria, apuntaban al viejo Téâthre Flamand. Un lujoso telón separaba ambas plateas. Argenti concibió para estas dos salas una experiencia innovadora o, mejor dicho, dos: "Arde Bruselas" en el Plauto Palace y "Las perplejidades de Don Juan" en el Terencio. Las funciones empezaban a la misma hora. Al levantarse el telón, los espectadores del Terencio veían ante sí a los del Plauto y los tomaban por actores. El fenómeno inverso se verificaba en la otra sala. Así permanecían, esperando cada grupo que el otro diera comienzo a la acción. En algún momento, un espectador impaciente se ponía de pie e insultaba a los del otro teatro, que era para él el escenario. Estos, por su parte, creían que este insulto era un parlamento actoral. Cada función era diferente. Algunas consistían sólo en un largo silencio expectante. Otras incluían incendio de butacas, agresión a los acomodadores y desmayo de viejas. Cuando le parecía oportuno, el director bajaba el telón y concluían los espectáculos. Algunas veces ­casi nunca, en realidad ­ había aplausos de un lado y del otro. Más inquietantes eran las noches donde un sector aplaudía y el otro abucheaba. Argenti nunca pagó el alquiler. Los propietarios le ganaron un juicio de desalojo y lo sacaron a patadas en plena función, ante la ovación de las dos plateas.

domingo, 19 de septiembre de 2010

"Principio General del Ajedrez humano".

Con mi querido amigo Guido, un día jugando ajedrez, debatimos sobre como el juego se puede contrastar con la realidad para explicar aspectos de los comportamientos humanos. A continuación los argumentos:
Debemos comenzar colocándonos en el tablero como simples fichas.
¿Fichas? Si, fichas de lo que consideramos “El Gran Ajedrez Humano”.
¿Porque asociamos el Principio al Ajedrez? Porque este juego no es considerado solo eso, sino un arte, una ciencia y un deporte mental. Además, reune una serie de características propias: accesible a todos, carácter divertido de juego (competencia), principio de rendimiento (habilidad), regido por reglas, etc.
Siguiendo este concepto, como primer supuesto, consideramos que vivir también es un arte.
Teniendo en cuenta que somos fichas, la primera pregunta que se nos ocurre es:
¿De quién?
La respuesta no es fácil, ya que no solo nos referiremos a la simple influencia o manipulación que todos recibimos constantemente e independientemente de cuan alto estemos en la pirámide jerárquica.
Cabe aclarar, en principio, que cuando nos preguntamos ¿de quién? no nos referimos a cuestionarnos sobre entes superiores, no somos fichas de dios, de lo contrario diríamos “somos ovejas del señor” y no es nuestro estilo.
Como no somos quienes para hablar de entes superiores, nos vamos a remitir simplemente a tratar de demostrar que todos estamos influidos e influimos en el entrono (como cada ficha en el ajedrez).
Quizá más de uno de los presentes lectores ya imagino esto, pero nos tomamos la atribución de crear una enunciación medianamente teórica, ya que luego de investigar en Internet para verificar la existencia de material similar, no logramos encontrarlo.
Sabemos que muchos de los que nos leen están pensando “Estos pirados se la dan de intelectuales y escriben boludeces carentes de gracia y sentido”. Bueno a los que llegaron hasta este párrafo y piensan eso, les recomendamos que se remitan a la parte superior derecha de la ventana en donde encontrarán una cruz… Es momento de hacer clic allí.  

Ahora, aquellos que tanto a modo de interés, diversión, o simple curiosidad siguen leyendo, podrán darse cuenta, a lo largo de la explicación del principio, a donde queremos llegar.
Sin más preámbulos, comencemos.

El ajedrez y la vida son análogas, se rigen por la regla de la mediocridad, cuanto mas mediocre se es, más fácil resulta ser vencido, por lo que todas las fichas están sujetas a ese principio. Si, todas las fichas independientemente de su jerarquía, ya que son instrumento de alguien y por el solo hecho de ser influidas sus voluntades no pueden realizarse independientemente y carecen de libertad plena; pero para el consuelo de todos, se puede ser libre en una jaula, ya veremos porque.
Consideramos que algunos de los presentes lectores no jugaron ajedrez en su vida y de ellos, algunos no lo harán jamás porque puede, conceptualmente, resultarles muy aburrido, lo sabemos y hace falta solo un mínimo de discernimiento para entender este principio. De los que han jugado, muchos ya imaginaron que el concepto de mediocre encajaría perfectamente en el papel de peón del tablero. Lamentamos decirles que están muy equivocados.
Los peones en el ajedrez suelen ser los que se mueven primero, los caballos pueden hacerlo también, pero no es conviene por cuestiones estratégicas.
Los peones son los primeros en ser sacrificados en beneficio del Rey.
¿Se sacrifican en beneficio del Rey o en beneficio del reino?
Esto diferencia a un mediocre de un potencial ganador.
Ahora bien, como todos sabemos, en el ajedrez existen peones, alfiles, caballos, torres y la famosa Reina.
Esta ultima se merece todo un párrafo porque si les preguntamos que ficha les gustaría ser en el ajedrez, la gran mayoría (por no decir todos) responderán en nombre de “La voraz y gladiadora Reina”.
La reina se caracteriza por su libertad de movimiento y sus sutiles y traicioneros ataques.  Si alguno de ustedes pensó “Yo quiero ser un peón” entonces felicitaciones.  
¿Por qué ser un peón?
Porque los peones son quienes respiran gloria. Comienzan siendo débiles y son propensos a caer en batalla, pero después de un gran esfuerzo son los únicos que pueden “coronar”*. 



En la generalidad, la mayoría comienza siendo peón hasta que se logra coronar y así poder elegir que se quiere ser.
*Coronar significa que un peón llega al final del camino y puede elegir en que se quiere convertir, los ambiciosos nunca miran el resto de sus fichas y elijen la reina, a ellos los devoran los cautelosos, quienes saben que un caballo despierto vale mas que dos reinas durmiendo.
Los alfiles y caballos son nobles caballeros que, como fue enunciado, comenzaron siendo peones y decidieron seguir luchando en beneficio de su rey y su reino.
Las robustas torres encuentran su esencia solo formando parte del ejercito, de lo contrario serian solo atracciones turísticas.
Sin importar la posición y jerarquía que cada uno ocupa en este tablero, debemos saber que conciente o inconcientemente respondemos a un Rey, siempre que existan relaciones humanas. En caso de no saber quién es, debemos prestar atención a la disposición de las fichas.
Tu Rey puede ser un simple tirano, pero vos podes ser un héroe respondiendo a sus órdenes. La mayoría de nosotros no elige el Rey a quien servir, nacemos en un tablero y formando parte de un grupo de relaciones al cual resulta casi imposible
renunciar . Renunciar implica aislarse de ese conjunto de relaciones. 
Se debe tener en cuenta también que en el tablero humano, a diferencia del ajedrez, hay mucho más que formalidades diplomáticas.
 

Si abandonas a tu Rey porque es un tirano y este pierde la partida, no solo sacrificaste al Rey, sino tambien a todo un ejército por conveniencia. En la vida a eso se le llama egoísmo.
¿Pero no era que la evolución favorece a los egoístas?, “SI”, esta comprobado, pero convertirse en la ficha preferida de la selección natural puede resultar peligroso, esta brinda ventajas a largo plazo, necesitarías varias partidas para destacarte sobre las demás. 

El precio que debe pagar el egoísta es el odio de los altruistas (perseguidores del bien común), quienes por medio de la cooperación y viéndose amenazados te podrán eliminar fácilmente.
Todos somos fichas con mas o menos valor sobre el tablero de la vida, lo que importa realmente es el porque de cada movimiento.
Se puede ganar una partida sin siquiera un solo sacrificio. La capacidad de cada uno de elegir sus movimientos y contemplar la cadena de suceso que desata (Principio de Causalidad), es lo que hace que la vida sea un arte y estas similitudes posibilitan que sea comparable al ajedrez.
Si conoces y confías en tu Rey no necesitas prever demasiados movimientos. Pero la gloria es mas intensa cuando tus propias decisiones aportaron a la victoria.


Guido Muchiutti
Julián Marsilli
 

viernes, 17 de septiembre de 2010

La Cotidianidad.

La cotidianidad se entiende como un suceso habitual, diario, propio de todos los días.
Yo siempre considere el concepto con cierta carga negativa, tal vez porque lo razono como un mecanismo de automatización de las acciones diarias.
Entiendo que es benevolente que muchos sucesos se vuelvan cotidianos, porque de lo contrario, nos saturaríamos llevándolos a cabo día a día como nuevos.
Pero veo más allá, ¿hasta donde debería tener alcance lo cotidiano?
Partiendo de mi concepto de automatización de las acciones, creo que si vivimos habitualmente en realidad no lo hacemos plenamente. 
Por ejemplo: quién  vuelve de la facultad o trabajo a su casa por el mismo camino y reiterando sus usos no suele notar diferencias en el regreso entre un día y otro, a menos que algún suceso extraño interfiera en sus acciones.
Esto me persigue muy a menudo, ya que muchas veces, tratando de recordar algún suceso “x” de alguna acción del día, no consigo lograrlo.
Es cuando me doy cuenta que, por ej: ese viaje en bondi de 15 minutos, o mas grave aún, esa caminata de media hora, no imprimió lucidamente sobre mi memoria vivencias, imágenes, o acontecimientos nuevos. Siendo así, esos 15 minutos o media hora fueron solo un mecanismo de paso de una actividad A a una C en la que B (el medio para conseguir el fin) se realizo automáticamente.
La conclusión es simple, para sumar experiencias es necesario realizar rupturas en los hábitos, cambiar los caminos, abrir los sentidos, captar las esencias del aire, observar y, de ser posible, tomarnos nuestro tiempo.
El conocimiento para una persona es limitado (cuando esta abandona sus fuerzas vitales, finaliza el proceso de acumulación de datos), en contrapartida, la ignorancia es infinita. Para combatirla, podemos transformar en armas esos minutos de habitualidad.

Una pequeña muestra de cuan ignorantes somos:
 
Julián Marsilli

jueves, 16 de septiembre de 2010

Teoría del Equilibrio Creacional (Humor)

Un día, entre mates, nos planteamos con mi amigo la posibilidad de que exista un ente regulador de las facultades de las personas, sabiendo que la perfección no existe y considerando que todo virtud tiene una fuerza de la misma escala e intensidad que la contraría.
(Cave aclarar que somos bastante escépticos y no creemos en la existencia de dioses, pero es un relato humorístico sobre como podría funcionar este sistema).
La conclusión a la que llegamos fué:
Dios, para crear a cada una de las personas,  tiene una sistema de barras donde se enumeraban los atributos de cada ente en proceso de concebirse.
Pero previendo que todo sistema debe tender a un equilibrio para optimizarse, limitó los "puntos" a entregar a cada individuo. Para quién conoce algo de términos económicos, Dios trabaja utilizando todos los recursos disponibles, sistema muy similar a la curva de FPP (Frontera de Posibilidades de Producción), es decir, que si desea invertir mas puntos en cierto atributo debe resindirlo en otro (Costo de Oportunidad).
Sabiendo que muchos de los lectores no asimilaron la analogía económica, otro ejemplo de la administración de puntos, similar, se puede encontrar en el reconocido juego de fútbol "FIFA" en la opción "Crear Jugador".
Para quienes llegaron a esta instancia sin comprender el concepto básico, lo graficamos en dos de los parametros más reconocidos:

Total de puntos a utilizar: 0000000000 (10)
Atributos:
BELLEZA: 00000000 (7)
INTELIGENCIA: 000 (3)
(En la realidad se tiene en cuenta la repartición de los puntos sobre la totalidad de los atributos).
Esta teoría explica muchos casos conocidos de equilibrio, entre ellos uno de los más famosos "Stephen Hawking".
 
Sabemos que lo único que hace falta para descartar una Teoría es un contra ejemplo, pero como siempre decimos, todo se reduce a la relatividad de conceptos.

Para finalizar te preguntamos: ¿Como fueron dispuestos, en tus barras, los puntos?

Guido Muchiutti
Julián Marsilli

La N°21 de Mozart y un Cuentito.


(Musica para acompañar la lectura)

La vida en partituras.

El concertista internacional Dalmiro Bentz consideraba que una partitura era el patrón maestro por el cual se veia representada su vida.
Para comprenderlo es necesario partir de la base de que la vida es una partitura y cada tiempo es un día más en la melodía que se genera constantemente y que al concluir esta, tendremos la obra terminada.
Bentz expresaba que en cada tiempo, se pueden pronunciar múltiples tonos, semitonos, acordes agudos y graves, a des tiempos, partes inspiradoras, decadentes, cortes, desafinaciones. Todos los detalles que hacen a la pieza son marcados en el día a día dependiendo de estados de ánimos, vivencias, situaciones de felicidad o tristeza, amores o desamores.
Señalaba que a veces la partitura parecía no llevar a ningún lado, esto le daba la impresión de que se volvía redundante, y aquello que alguna vez solía considerar una genialidad, perdía el sentido y se desmoronaba lentamente. Afirmaba que cuando esto sucedía, era necesario cambiar de escala,  recuperarse y volver a componer, poner un corte y cambiar el sentido de la obra. Para ello, buscaba nuevas musas para recuperarse de la decadencia.
Hacia el otoño de su vida, Bentz se vio envuelto en un agudo estado de demencia que lo aboco de lleno a tratar de representar sus últimos días en su negro piano de cola.
Así encarnaba cada sensación, marcaba tonos y luego los respondía criticando a los mismos por no representarlos de la manera apropiada o para reafirmar la simbolización.
Fue así que personificó, por medio de aquel instrumento y sin dejar su banquillo, sus preocupaciones, pequeñas alegrías al sentirse a gusto con lo que escuchaba, su decepción, su hambre, su sueño, su agonía…
Una mañana soleada, un sonido largo y poco armónico cubrió su vieja sala gris, su cuerpo gastado descansó finalmente sobre las teclas.



Julián Marsilli

miércoles, 15 de septiembre de 2010

La Galería.

La Galería.

 

Somos una galería,
exponemos en ella
partes de nosotros, 
originales y espejismos.

Las obras solo duran expuestas pocos segundos, las emociones son los responsables de hacerlas mutar y así, la galería, siempre renovada, mantiene la esencia del sentimiento imperante.
Solo el acogido presencia los cambios, atiende algunos mientras a sus espaldas las transformaciones se suceden unas a otras.
La irretroactividad de las transformaciones hace que la mayoría muten sin ser descubiertas. El observador suele desesperar, en un principio, ante el extraño mecanismo que mantiene el sistema tal y como es; pero acto seguido, advierte que no son las obras las que hacen al conocimiento de la galería, sino la esencia lo que hace a las obras; por ende, al introvertirse, descubre aspectos que hacen a la misma.
Esta esencia, representada en las series, suele mutar ante revoluciones, los primeros indicios son obras que no articulan dicha serie y finalmente las hacen caer en suetudo, cambiando la configuración de las salas.
Las salas se suceden unas a otras y mientras más se aleja el expedicionario de la entrada, mayor es la representación del material expuesto, los tamaños, los colores, las formas.
Sucede que quienes observan las salas más recónditas, no recuerdan el camino de regreso, algunos, quienes se sienten a gusto siguen avanzando e influyen en las obras, otros, saturados por la oquedad se repugnan, temen, dudan, desesperan. Estos últimos retocaron el recinto, ya que, al no recordar la salida e intentando huir, hicieron huecos, tiraron paredes, rasguñaron los suelos y techos dejando indicios de su paso.
Todo ello forma parte de la visita y se mantiene perfectamente conservado.
Cada visitante, por el mero hecho de caminar los pasillos, dejar sus fragancias, marcar sus huellas, forman parte del cuerpo de la exposición e hicieron al prestigio de esta galería y que,  entre los millones de galerías, se mantiene abierta.-
                                                                                              
Julián Marsilli

Comptine d'un autre ete : L'apres midi- Yann Tiersen

Musica para ambientar e imagenes del paraiso.